La violencia contra los niños, niñas y adolescentes (NNA), continúa vigente y el abuso sexual es una de las formas más frecuentes y todavía menos visible debido a diversas razones:
1. Las creencias conducen a negarlo y justifican la incredulidad, no sólo invisibilizan el ASI, también impiden ver las consecuencias que éste produce en quienes lo padecen.
2. Se considera que lo que ocurre en una familia debe ser resuelto en su interior, sin injerencias externas. El incesto y el abuso sexual ntrafamiliar, siguen siendo considerados un problema “privado” y no un problema social. Por tal motivo, a veces es difícil que se tramite una denuncia.
3. La existencia naturalizada de modelos de género estereotipados, sexistas y violentos.
4. La dificultad para entender la dinámica del abuso, las conductas del abusador y las respuestas de los/las víctimas: la coerción, el secreto, la vergüenza y la culpa.
5. El sensacionalismo mediático resalta las situaciones de abuso sexual con violencia física, que son las menos frecuentes. Sus contenidos también exponen a los NNA a imágenes vinculadas a la violencia y la pornografía.
6. La escasez de datos estadísticos que den cuenta de la incidencia del ASI, así como de los efectos que deja en la población que lo sufre. Si bien la preocupación sobre el tema ha generado un mayor desarrollo de investigaciones, éstas se realizan sobre un número muy reducido de casos por lo que es difícil establecer generalizaciones.
7. Los mínimos porcentajes de abusadores que llegan a ser procesados aumenta la resistencia a las denuncias y favorece la justificación de que “no vale la pena denunciar” porque esto sólo pondría en mayor riesgo al NNA.
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