Fundacion RenaSer

jueves, 19 de mayo de 2016

El dolor de un niño, niña o adolescente (NNA) abusado sexualmente, los efectos devastadores que esta agresión tiene sobre su subjetividad, su cuerpo y su desarrollo, se prolongan más allá de la interrupción del abuso. La indefensión y la impotencia del NNA ante la agresión sexual de un adulto, en general conocido y/o conviviente, demanda una respuesta activa y efectiva.
Desde el ámbito educativo es necesario propiciar cambios que nos permitan avanzar en la protección de los derechos de los NNA. Es así como, la escuela se constituye como un actor fundamental en la detección, en la derivación y en el seguimiento y contención del alumno/a y su familia, quienes pueden encontrar allí un lugar donde paliar el dolor que produce el abuso sexual infantil (ASI).
La escuela es un lugar idóneo para la prevención: enseñar a nuestros niños a cuidar su cuerpo, a respetar y hacer respetar sus derechos y los de sus compañeros nos situará en el camino de lograr una infancia con menor sufrimiento.

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