Fundacion RenaSer

lunes, 8 de febrero de 2016



Algunos investigadores se han encontrado que el problema del abuso sexual infantil se relaciona más con el tipo de familia, que con los miembros de la misma. En un estudio sobre abuso sexual realizado por el Centro de Terapia de Apoyo de la Procuraduría de Justicia del DF se señala: “La familia se clasifica en cuatro tipos: integrada, desintegrada, funcional y disfuncional. 
A continuación, se presentan sus principales características y la distribución de la población estudiada de acuerdo a ellas.
Por familia integrada nos referimos a la familia nuclear (padres e hijos que viven bajo un mismo techo). Con ella se puede encontrar o la familia
ampliada (tíos, primos, abuelos). A este tipo pertenece el 42.8% de los niños considerados en la muestra.
Desintegrada, es aquella en la que la familia nuclear se encuentra desmembrada, los padres están divorciados, separados, viudos, las madres son solteras y los hijos no viven con ellos.
El porcentaje que comprende este grupo es del 44.8% ligeramente mayor que el de la familia integrada.
El hecho de que una familia sea integrada no implica que sea funcional, en la vida cotidiana existen familias desintegradas que son funcionales,
esto se reflejó en la población estudiada ya que el 57.2% de los niños procedía de familias disfuncionales. 
En el proceso de atención se pudo apreciar que los niños que pertenecían a familias desintegradas con relaciones funcionales, observaron una evolución satisfactoria. Lo contrario ocurrió con los niños de familias integradas con relaciones disfuncionales.
Cuando el menor procedía de una familia desintegrada y disfuncional, no sólo se retrasó la recuperación, sino que también se dificultó el proceso terapéutico, ya que ésta no participaba en las sesiones o dejaba de asistir a ellas, además entorpecía seriamente el trabajo psicoterapéutico y en ocasiones privó al menor de recibir este tipo de ayuda.
Los menores procedentes de una familia integrada y funcional resolvieron en poco tiempo su problemática. Se debe destacar que de este grupo se atendió a tres niños, mismos que no presentaron
alteraciones psicoemocionales como consecuencia



de la agresión sexual sufrida.
En síntesis, la clase de familia a la que pertenecen los niños es de gran importancia para su desarrollo emocional y psicológico.

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